Y vamos cerrando el año con los últimos post de este 2014. Patinar con los abuelos (a su lado, o casi...), en uno de esos días extraños de sol de diciembre en esta tierra. A estas alturas, lo normal es estar con esa niebla casi-permanente de las zonas más altas de Castilla y con frio, aunque el frio este año, no es que sea mucho.
Tenemos (yo incluida ) una nueva afición: patinaje . Mi emperador aprendió rapidito, en dos días, y sus hermanas, les hizo falta un ratito para recordarlo, nada más...pero yo, yo soy como un pato en patines. Llevo semanas y no hay forma de soltarme!!! Lo de patinar sujeta, lo llevo, pero en cuanto me suelto, llegan las inseguridades y vamos, que al suelo me voy rápido. Pero es divertido y ya por orgullo, o aprendo o aprendo, no me queda otra.
El príncipe M dice que lo de los patines no le gusta, que mejor monopatín, pues nada, allá va él con monopatín (más tiempo debajo del brazo que encima de él, pero lo intenta) más orgulloso que ninguno con su vehículo de ruedas.
Y el pequeño duende, también lleva ruedas, pero de momento, sólo las de su sillita, aunque la mitad de las veces llore porque ve a sus hermanos motorizados y a él le toca conformarse con su silla, pero le toca esperar a que yo me "estabilice" sobre los patines, que llevar una sillita de apoyo me sirve de mucho, jajajja.
Y hace unos días, aprovechando el sol, el fin de semana, las pocas ganas de salir fuera y el montón de cosas por hacer, nos fuimos cerquita de casa a practicar esto del patín, y nos fuimos con los abuelos, que espectáculos así, pocas veces se dan!!!
Dani , tan sensato (y un poco miedoso) como siempre, sin "arriesgar" (¿?), con calma y observando las cabriolas de unos chicos bastante más mayores que ellos, con patines, monopatines y bicicletas, que le hizo recluirse en un rinconcito de la pista y no salir de ella nada más que para sentarse al lado de los abus.
M. quiso probar suerte y se echó a esto del monopatín con rampa, pero tuvo mala suerte y un perro (que tenía dueños y miraban a ver lo que hacía el animalito), se le echó encima con curiosidad y mi patinador se asustó tanto que perdió el equilibrio y bajó la rampa como no estaba previsto, después de un buen golpe que lo dejó pálido para toda la mañana. Menos mal que llevan casco...Aún estamos esperando que la familia que llevaba al perro se dignara al menos a pedir una disculpa.
Y el D pequeño al fin pudo tener unas carreritas y esa "libertad" de ir hacia donde le da la gana durante un buen rato. Eso de que el abu estuviera pendiente de él debía de gustarle un montón, porque veía que a correr, no le ganaba!!! Así que allí iba él, el abuelo detrás como podía, y el resto del clan mirando por si acaso. El río está cerca y no es plan de darle ni la más mínima ventaja al pequeño dragón!
Y así, casi sin querer, estamos en la última quincena del año, y aún quedan cositas por contar, imágenes que poner, y muchísimas cosas que quedarán sin ver la luz por aquí, pero no por ello son menos importantes (al contrario), y no por ello, no pensamos en ellas.
Mi proyecto de 365 días del 2014 (pincha AQUÍ para seguirme en Instagram), le falta nada y menos para terminar, y de momento, a falta de completar estos últimos días, nos ha dejado para el recuerdo 4 álbumes en casa de momentos importantes y no tan importantes, de esos 354 días que hoy llevamos.
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