Navidad y +

Antes se me pasaban los días de Navidad lentos, lentísimos...cada hora me cundía  para hacer y deshacer lo que tenía en mente y aún más. Desde que están los mosqueteros en casa, a mis días le han quitado horas, seguro. 

Y con la Navidad, eso me ha pasado más o menos. Hace nada estábamos planeando dónde poner el árbol para que no se "moviera" con facilidad, y hoy, ya estamos casi con las uvas de la mano felicitándonos el año que vamos a estrenar en unas horas. 

Nuestras Navidades han cambiado... y mucho!!! Ahora no es que sean relajadas precisamente , mover a cuatro peques no siempre es fácil ni ràpido, así que intentamos hacer lo máximo sin que se nos vayan las horas yendo de un sitio para otro.  En estas fechas no solemos salir de nuestra ciudad,  al menos, no por más de un día. 

Y este año, el día 25 por la mañana , nos propusimos ir a pasear por la orilla del Duero. Está cerca, a los mosqueteros les gusta, y nosotros nos podemos relajar un poco . La previsión es que habría una niebla cerrada  y frío, así que abrigados y a ver los patos del río, a cruzar por el puente, a ver los embarcaderos de las piragüas y porqué no, a tirar alguna que otra piedra al agua.

Pero somos tan lentos a veces, que hasta la niebla se cansó de esperarnos. Cuando llegamos, casi casi hacía hasta sol, eso sí, con frío, pero yo que me había hecho a la idea de hacer fotos con niebla, me quedé con las ganas. Aquí seguro que tengo la oportunidad muy pronto, pero ya no es ese día... no es lo mismo!

Ellos hicieron todo lo que tenían pensado hacer, básicamente correr, tirar piedras, volver a correr, alguna disputa, correr más,  tirar más piedras y algún palo, dar de comer a los patos (uno con bolsa y todo), volver a discutir, parquear , llevarse la arena del parque en las botas... en fin, todas estas cosas del día a día, que seguro que a muchos y a muchas os suenan.
A veces el día a día es tan rutinario por las prisas que solo un día sin ellas, aunque no se haga nada muy especial, el disponer del tiempo sin tener que mirar el reloj, ya es especial.

Y así pasó nuestra mañana del día de Navidad, estando con quienes queríamos estar, haciendo lo que queríamos hacer, y viendo lo que queríamos ver, sin prisas, sin nervios.
Creo que no hay muchos planes mejores.

Sí, ya lo sé. El salto es un salto sin salto. Estamos entrenándolo. Ya veréis como el año que viene, lo bordamos.

En fin, esta es la última entrada en el blog en este 2017.   El próximo año tengo en mente ser más constante con el blog, al menos para tenerlo de recuerdo,  es uno de esos objetivos que se empiezan a decir al principio del nuevo año... eso y otras 3.000 cosas más que ya tengo apuntadas... lo de decidir qué es factible hacer y qué no, lo hago el 1 de enero, cuando ya veo yo por dónde me encamino en muchas cosas .-)) y lo apunto para el año siguiente. 

A este 2017 solo puedo darle las gracias por bastantes cosas, la principal, la llegada de nuestra princesa mosquetera, L. No le puedo más que estar agradecida porque a pesar de que como a todos, ha habido momentos, días, semanas pesadas, malas, preocupantes, desesperantes...  de esos que es mejor olvidar , pero al hacer balance, en nuestro caso, es positivo, muy positivo. Nuestros seis motivos, nuestras seis razones para todo, nos lo recuerdan cada día. 

Al nuevo año le pido lo mismo; que dentro de un año en esta fecha, le pueda agradecer lo mismo que hoy le agradezco al 2017, seguir adelante, todos juntos, seguir con ilusiones, con proyectos y con el apoyo de la gente que tenemos más cercana.  

Así que si os pasáis por aquí, que sepáis que os deseamos lo mismo, Felicidad y Salud a partes iguales. 

Feliz 2018! Felices próximos 365 días!!!