Y a veces pasa, que fotos que en principio no estaban destinadas a seguir en el ordenador, después de editarlas, veo que es un acierto no haberlas borrado... unos ejemplos.
Éstas , en principio no estaban seleccionadas para seguir adelante con ellas. Pero tampoco para borrar!!! Así que como siempre, volví a verlas todas con calma, y decidí que tal vez haciendo unos arreglos, cambiar fondo, recortar algunas esquinas que se veían de algún mueble, etc., podían resultar. Y así fue...creo.
Antes de borrarlas (me sigue costando horrores darle al botón de "borrar todos los archivos seleccionados"), siempre miro dos veces (o más) todos los que he seleccionado para decirles "adiós definitivamente", jejejej. La teoría es que para hacer esto, hay que dejar "reposar" las fotos, osea, dejar pasar unos días, incluso alguna semana. Y yo lo cumplo, pero solo a medias, depende de la impaciencia que tenga o del tiempo...más bien del tiempo ultimamente.
Hay muchas que son muy parecidas, ya que siempre, o casi siempre cuando son fotos de los niños, disparo en ráfaga, osea, que por segundo, puedo hacer unas cuantas fotos (no me preguntéis cuántas, porque tendría que coger el manual de mi cámara y no sé dónde ha ido a parar...lo llevo buscando unos cuantos días :-(() El caso es que al disparar así, permite captar con más seguridad algún gesto bonito, algún instante que nos guste con más probabilidades que si se dispara "uno a uno". Pero tiene el "inconveniente " que muchas de las fotos son tan parecidas que hay que "elegir". Y para eso, hay que pasarse un buen rato delante de la pantalla del ordenador.
Bueno, pues hoy nada más... esto se empieza a parecer a "confesiones fotográficas"...mmmmm!!! Me temo que pocas confesiones os voy a poder hacer, jejejeje.
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