Escapada a Cantabria

No me lo puedo creer, han pasado más de dos meses sin volver a asomarme  por aquí. Cómo pasa el tiempo a veces, por Dios!!! Bueno, no sé cuántos días tardaré en escribir esta entrada, así que poco a poco, espero terminarla y que diga lo que me propongo, que con tan poco tiempo para escribir y después de varios meses, me pilla desentrenada.

A principio de mayo, hicimos una escapadita a Cantabria, para ver ese mar que tanto nos gusta (cualquiera diría que somos de "tierra adentro") y enseñarles a los peques alguna de las muchas cosas que tenemos al alcance para disfrutarlas y pocas veces se alinean los planetas para poder hacer todo lo que se nos viene a la mente.

En fin, fueron cinco días preciosos, sin contratiempos, con un tiempo más bueno que malo tratándose del Norte y coooortos, muy cooortos.

Nos alojamos en La fonda de Bustio, concretamente en el apartamento Cervantes, un lugar muy acogedor y nuevo que hizo su función a las mil maravillas. Tenía tres habitaciones y tres cuartos de baño además de un salón y cocina completa, todo decorado con lo necesario para tener la comodidad y la amplitud que necesitábamos. Visitad su página si queréis porque tienen otros apartamentos más pequeños que seguro que se adaptarán a las necesidades de cada uno. Está en el límite entre la comunidad Cántabra y el Principado de Asturias, en Bustio, al ladito de Unquera, así que imaginad la de cosas que podéis visitar en los alrededores!!!

La primera visita al llegar fue explorar los alrededores , paseo por la río y escapadita a San Vicente de la Barquera(está a 10kms), que por cierto, en día de diario y con mal tiempo, no tuvimos problemas de aglomeraciones en los pocos restaurantes que había abiertos. Aún así, disfrutamos de ese "primer vistazo" al mar.

El lugar más especial especialísimo para nosotros: Suances. Concretamente, hay un mirador subiendo al faro a la izquierda, al lado de un parque infantil, que siempre visitamos y nos quedamos un ratito respirando ese aire de grandeza y libertad que da mirar el mar.

 

San Vicente de la Barquera.

Cabárceno nos esperaba al día siguiente con un día nublado pero quela lluvia respetó casi hasta el último momento. Está a menos de una hora del alojamiento que escogimos, y por autovía, así que un viaje muy corto para recorrer el Parque de Cabárceno todo el día. Al llevar tres niños pequeños, decidimos que la mejor forma era en coche e ir parando para ver los animales que más les llamaran la atención. Aún así, es agotador porque no a todos los sitios se puede llegar y tirar de un bebé y dos enanos, cuesta...pero merece la pena, sin duda. Les ha quedado en la memoria algún detalle que sin duda, recordarán y magnificarán con su cabecita de niños a lo largo del tiempo.

Después de toda la mañana disfrutando de este paisaje único, nos llamó la atención ese color rojizo de algunas montañas y el verde que lo cubría casi todo...los de Castilla, no estamos tan acostumbrados a esos colores en el campo!!! Y el clima, pues cambiante, pero sin frío (que a eso , sí que estamos muy acostumbrados).

Para comer, se puede salir del Parque y volver a entrar sin pagar. Los menores de 6 años, no pagan.

Comimos en uno de los  restaurantes del pueblo que hay a la salida del parque. Más o menos casi todos tienen los mismos precios y nosotros comimos aceptablemente por unos 12 euros cada uno.

Después , volvimos a entrar para terminar de recorrer lo que nos había faltado por la mañana y un espectáculo con leones marinos que puso la nota final a esta visita.

Los niños estaban tan agotados, que ni nos planteamos nada más ese día.

La verdad es que es una zona en la que hay mucho que ver y para todas las edades. Nosotros recorrimos y visitamos poco pero así mejor porque tenemos otra visita pendiente para seguir conociendo la zona, jejeje.

No os podéis perder Comillas, uno de "nuestros" lugares por excelencia. Y digo "nuestros" porque es un lugar al que hemos ido varias veces a lo largo de nuestra vida en distintas etapas y siempre está bonita, nunca decepciona.  Comillas en sí es un lugar para dedicarle más de un día, así que si tenéis tiempo, es una apuesta segura. Pinchando en el enlace podréis ver qué es lo que no os podéis perder allí.

Así mismo, no debéis dejar de ver   Santillana del Mar y sus famosas cuevas de Altamira, aunque esta vez, con un bebé de poco más de 1 año creímos que no era la mejor opción para nosotros, pero otras veces sí las he visto, y aunque es una réplica, os lo recomiendo igualmente. Y si no, pinchad en el enlace y veréis que tenéis un montón de cosas molonas que ver y hacer en Santillana del Mar.

Os puedo decir que comimos dos días en un restaurante muy cerca de Comillas en el que se comía de maravilla, una comida casera deliciosa, y recomendado por BGO, una mami a la que conocimos físicamente después de conectar varios años por la red. Me encantan estas cosas...esos hilos de la vida!!!Lástima que no me acuerde cómo se llama ni dónde exactamente estaba, pero si lo averiguo, prometo ponerlo.

Ya está, ya me lo ha soplado otra vez (esta cabeza mía está como mi ordenador, necesitando borrar del disco duro algo para ir haciendo sitio...). El nombre es la Venta de Tramalón, en el pueblo de Tramalón.

Los cinco días pasaron tan rápido que apenas nos dimos cuenta y ya estábamos de vuelta a nuestra tierra, pero eso sí, con un saborcito muy agradable de mar y naturaleza. Y los peques, hasta el bebé, siguen hablando de los gorilas de Cabárceno, de los elefantes y de las olas del mar...En resumen, un viaje corto pero para recordar.