En Diciembre, cuando las temperaturas en nuestra Castilla son heladoras, esta parte de España nos parece como volver al verano de repente. Y aunque nos choca ver las luces de Navidad en manga corta , disfrutamos de unos cuantos días de sol, playa , paseos y hasta de lluvia (eso sí, torrenciales).
Y nuestros mosqueteros agradecieron eso de no tener que llevar abrigos ni gorros ni guantes... con las botas de agua, esta vez nos valió. La próxima vez, espero que pronto, esperamos no llevar ni eso.
Vistas desde arriba del Castillo.
En plan exploradores . Esas playas sin gente, esa gente mirando a estos locos que lloviendo se meten los pies en el agua, esa alegría en la arena, ese "respirar" especial que siempre tiene el mar... ayssss!!!
Se nota que estábamos entrando en modo Navidad???
Con los pelos al viento... y al agua. Qué más da. EStando de vacaciones, casi todo vale. O no?
La desconocida pensativa. Veo que estas vistas no nos dejan a nadie indiferentes.
Y aquí el más valiente. El que nunca tiene frío. Debía de estar buenísima el agua.
Camina siempre así, chiquitín. Con paso firme, siempre hacia adelante, mirando el futuro ...
Toda una experiencia. Un ( ) que nos hizo cargar las pilas a todos. Por todo un poco, hasta por un simple café en compañía de alguien a quienes teníamos muchas ganas de conocer!!! Y que seguro, que volveremos a ver pronto.
Nos vemos aquí otra vez... pero seguramente, en invierno.
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