Los 2 años de D.

A veces, se me hace increible cómo pueden pasar los días, los meses incluso... Hoy hace dos años que nos volvió a sorprender la vida con uno de los mejores regalos que se pueden desear, nuestro pequeño D.

Hace dos años llegaba al mundo con un sustazo increible en el que nos hicieron creer que no debíamos contar con él...y tal vez, ni siquiera conmigo. Pero el destino quiso que se quedara en eso, en un susto con el que habríamos de  aprender que la vida más bonita está separada a veces por una línea demasiado fina de la desgracia más grande. Esa vida quiso sonreirnos aquella tarde de otoño-invierno y nos dejó a nuestro hijo pequeño sano y salvo, después de todo,  y a mi, su madre, poco consciente de la realidad que los demás habían vivido...Tal vez tengo que agradecer que en esos momentos me pusieran tantos calmantes que no fui capaz de ver la realidad hasta algunas horas después.

Pero la realidad, una preciosa realidad, la tenía ya en los brazos en aquellos momentos y mientras me recordaban lo vivido en las últimas horas, yo lo miraba y lo acariciaba como si saliera de un sueño borroso. Casi nueve meses de incertidumbre, de incredulidad, de miedo también, pero también de felicidad, se veían terminados con un niño precioso, pelirrojo, buenísimo, blanco como la nieve, suave como la seda, con ese olor que solo los recién nacidos tienen a vida.

Y yo, pues mejor de lo que esperaba después de una cesárea que no estaba ni mucho  menos programada ni esperada...pero bien al fin y al cabo. Era cuestión de dos semanas  los daños "colaterales" de tener a aquel milagro con nosotros.

Y dos años después, hemos celebrado aquel 21 de noviembre con el protagonista de este día soplando sus dos añitos preciosos. Y su familia, todos, aunque alguna no ha podido achucharlo ese día, hemos estado a su lado, como debería de ser siempre en la vida de un niño, sin regalos caros, sin grandes festejos, pero con la mayor de las alegrías y la mayor felicidad. Aún no se da mucha cuenta, pero el mayor regalo nos lo hace él a nosotros.

Pequeño carácter, te queremos casi con locura!!! Tienes trazas de líder, y tal vez algún día tengas que serlo...pero por ahora, solo te deseamos que esa piña que formas con todos tus hermanos se mantenga a lo largo del tiempo.