Una vez que se ha perdido el espíritu humilde e inocente del amateur, muere con él el enfoque creativo. Todos los profesionales deberían seguir siendo siempre principiantes en su corazón.
Alfred Einsenstaedt
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30 septiembre 2014

Animalitos varios...Asturias

Sigo por aquí, aunque a veces, no lo parezca. Desaparezco y aparezco como el Guadiana, pero intento tener hoy un ratito para seguir esta especie de diario viajero y no tan viajero que tenemos.

Desde hace tiempo, en casa nos invaden los dinosaurios, TODOSSSS!!!  De todos los tamaños, colores, formas y materiales.  Tenemos crías de varias especies, huevos de otras, dinos malos, dinos buenos, dinos guapos, dinos feos...en fin, que tenemos DINOS, por si no lo sabíais.

Y siendo tan aficionados a estos bichitos , no podíamos dejar de visitar algún lugar donde verlos más "al natural", jejejej.

Así, hicimos la maleta , y a pasar el fin de semana a Asturias!!! Que además de dinosaurios, es una tierra que por motivos personales y familiares, nos encanta, nos atrae, nos relaja...creo que junto a A Coruña y Pontevedra, es nuestro paraíso terrenal.

En Asturias hay huellas de dinosaurios, varios fósiles y sobre todo, un museo, el Muja, en el que se recopilan muchas reconstrucciones, información, esqueletos y dinos a tamaño natural que desde luego, es la delicia de los más pequeños.

Para mis hijos, tal vez demasiado pequeños aún, el interior del museo es mucho  para ellos. Aún así, a mí me gustó ir leyendo todo lo que me dejaban sobre este mundo tan desconocido casi por todos. Curiosidades varias, los primeros dinosaurios no medían más de un metro...y míralos después como se pusieron!!! Recomiendo que lo veais si podéis acercaros hasta allí. No sólo el museo, sino los alrededores son una delicia.

Si queréis más información sobre el museo Muja, pincha AQUÍ.

Ahí tienes la situación, los horarios, los talleres que preparan para los peques y las tarifas. Merece la pena.





Este, era el motivo principal de nuestra visita, pero el buen tiempo que tuvimos nos animó a recorrer todo lo que pudimos en "nuestros" dos días. 

Por cierto, nuestro centro base, lo teníamos en la Quintana de Romillo, un alojamiento rural al que si se da la situación, no nos importaría volver. Rosa y Roberto, los propietarios, estuvieron atentos en todo momento e hicieron la estancia, aún más agradable si cabe. El sitio en cuestión es un remanso de tranquilidad, a pocos kms de la costa, a 8 kms de Covadonga, a 20 kms de nuestro objetivo (el museo de Muja), y con una casita que sin grandes lujos, tenía todo lo necesario para nosotros. En el exterior, un jardín con casita de madera, cama elástica, tobogán y columpios , y sobre todo, los animales, dos cabritas, un burro y unas gallinas, hicieron que nuestros hijos camparan a sus anchas sin peligro ninguno. 
Si quieres saber más  sobre este alojamiento, pincha AQUÍ.
 Nosotros estuvimos en el apartamento "El Corredor" pero tienen varios que se adaptan a lo que necesitéis cada uno. 















El sábado nos dio tiempo a visitar alguna playa y pueblecitos costeros, entre otros, Lastre e Isla. Nuestros mosqueteros se entretuvieron casi toda la tarde con la arena, y a nosotros, nos dio tiempo a estar más relajaditos viendo el mar un buen rato. 

Y el domingo amaneció con intenciones de llover...pero  aún así, decidimos que no nos veníamos para casa hasta la tarde y nos arriesgamos a subir a la Basílica y la Santa Cueva de Covadonga...y acertamos. Se fue despejando y  en pocos minutos nos quitábamos el chubasquero y conocíamos parte de esta montaña y de esta historia.





Y a la bajada, como teníamos que hacer un poco de tiempo para comer y D había leído la palabra mágica "Zoo"  a la salida de Cangas de Onís, en dirección a Covadonga, pues nos acercamos allí. El lugar en sí es patético...sí, esa es la palabra. Deprimente desde la entrada hasta el final. Cuando vimos cómo era la entrada, una casucha medio abandonada, con unas telas de araña que cubrían unos ventanucos que no abrían ni cerraban desde hace siglos...terrible. Intuíamos lo que nos encontraríamos si entrábamos, pero D y M sólo veían con los ojos de lo que son, niños, y querían ver los animales que ellos pensaban estarían como en Cabárceno.

La entrada, un abuso para lo que allí había...ya empezamos muy mal. Creo que fueron 9 euros adultos y 6 euros los niños. Pagamos detrás de una ventanilla cutre rescatada de algún año del siglo XVIII que iba a juego con el vendedor de las entradas, no por los años, no, sino por la dejadez que transmitían ambos.

Nada más traspasar la puerta de entrada...ploffff!!! lo que temíamos!!! aguilas , lechuzas, algún buitre en jaulas de unos pocos metros, sin espacio, mal olientes. Voladeros que no eran voladeros porque tenían escasamente la altura de un hombre. 
Había un oso pardo en otra jaula de unos pocos de metros, el cual, sólo levantó la cabeza cuando uno de los niños gritó!

Un lobo muerto de aburrimiento, un zorro que ya no le queda nada de zorro y unos cuantos pájaros más, componen este patético "Zoo". Ahhh!!! Sí, unos canguros, uno de ellos, albino, hacinados en otro recinto vallado. 

Eso, sin decir que el zoo es un camino en la montaña sin ningún acondicionamiento, ni para niños ni para mayores...es : "suba el que pueda, y el que no, que se quede abajo". Aseguro que subir con una sillita de niño y dos peques que aunque son ágiles, se cayeron con el suelo mojado y las hojas, una bolsa, y la cámara, no es fácil. Pensé más de una vez en quedarme sentada porque tampoco había mucho que ver. Terrible. 
Salir fue un alivio para su padre y para mi, y creo que también para los niños que al contrario que en Cabárceno, no han vuelto a mencionar nada de este sitio. Incluso ellos vieron que los animales estaban "aburridos". 

Nos hicimos a la idea de que perdimos 30 E pero no olvidamos esos ojos de muchos animales...

Desde luego, NO lo recomiendo. Después de salir (sólo estábamos nosotros en el zoo, claro), nos dijeron gente de la zona, que nunca lo mencionaban para que los turistas no entren porque no merecía la pena. Vaya, nosotros lo encontramos solitos y además entramos ,-((





Pero salvo esto, que también sirve para aprender, fue un fin de semana muy especial. Un fin de semana en el que los mosqueteros disfrutaron con sus dinos del alma y nosotros, con ellos. 

Próxima parada...¿? En proceso...

Si queréis ver las imágenes de instagram, pinchad AQUÍ.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola querida familia no se como he llegado hasta aqui pero aqui estoy precioso y bien aprovechado fin de semana le enseño las fotos a Ismael y dice alaaaa!!!!bueno ya sabes quien soy un beso desde Palencia haber si nos vemos por aqui.